El Varguitas se equivocó

Enrique Núñez - Contracara

 

De la primera encuesta estatal realizada por Intolerancia Periodismo de Precisión (IPP) podemos concluir que el efecto Doger va “en picada”. La estrategia del expresidente municipal no da los resultados que él esperaba y cada vez se aleja más de la posibilidad de ser candidato del PRI a la gubernatura.

Desde siempre, Enrique Doger apostó su futuro político a colocarse en el primer lugar de las encuestas políticas rumbo al 2010, con el único propósito de no dejar duda de su fuerza y, sobre todo, de no permitir que el gobernador tuviera otra alternativa para designarlo candidato.

Admirador de la estrategia marinista para llegar a Casa Puebla, Doger quiso emular los pasos que siguió Mario Marín para ganar la candidatura, a pesar de no ser el candidato de Melquiades Morales Flores.

Sin duda, la fortaleza de Mario Marín fue que siempre estuvo en los primeros lugares de las encuestas políticas, sin embargo, Doger no lo ha podido lograr.

En un escenario extremo, en el que el gobernador sacrificará a su “delfín”, Javier López Zavala, Mario Marín podría echar mano primero de Blanca Alcalá que está mejor posicionada que Doger.

Incluso, tendría a Enrique Agüera como un candidato viable, porque sin tener la intención de buscar la candidatura tricolor, los electores lo ubican como un buen candidato.

En consecuencia, Doger falló, no está en los primeros sitios y antes que él hay otros personajes priistas con mayor fuerza que tiene mucho más posibilidades de ser candidatos.

“Varguitas” se equivocó al confrontarse con los diferentes grupos políticos, siempre quiso imponer sus condiciones y en lugar de sumar esfuerzos se enfrentó a éstos.

Los resultados de esta política hoy saltan a la vista, Doger no es más el político que tenía las preferencias de los votantes, tampoco tiene el respaldo de los grupos que lo podrían encumbrar.

Hoy en la soledad del poder, Doger se va quedando solo, envuelto de las innumerables corruptelas que cometió en su gestión. No en balde, hoy por hoy, es el político que menos credibilidad tiene.