Enrique Núñez - Contracara
La carta aclaratoria enviada por el propietario de la empresa Bra-San abre de manera obligada una línea de investigación que puede hundir al clan dogerista.
Dice la ley que quien se entere de la posible comisión de un delito está obligado a denunciarlo ante las autoridades respectivas.
De esta forma, la carta de Eduardo Ariel Bravo Sánchez me obliga a denunciar ante la agencia del ministerio público la comisión de un posible ilícito, toda vez que este personaje asegura que la cotización publicada en Intolerancia, es falsa y que él, jamás firmó ese documento.
En esa lógica, don Eduardo Ariel deberá explicar ante las autoridades ministeriales la existencia de ese documento, en el cual aparece una firma con los mismos grafoscópicos de su rúbrica.
Espero que al momento de ordenar la carta aclaratoria, Enrique Doger haya contemplado todas las implicaciones jurídicas a las que sometió al dueño de la empresa Bra-San.
En este momento, en mi calidad de periodista me veo obligado a presentar dicha denuncia, en el entendido de que pronto aparecerá la verdad en torno a este escándalo.
De antemano, les puedo adelantar que esa firma salió del puño y letra de Bravo Sánchez.
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