Enrique Nuñez / Intolerancia
El arranque de la campaña dogerista me provocó pena ajena.
Después de los magnos eventos a los que nos acostumbró Enrique Doger, primero como rector y posteriormente como presidente municipal, fue lamentable ver cómo inició su carrera por la gubernatura poblana.
Si algo marcó el evento de ayer fue el bajo perfil de los asistentes.
Hasta para un aspirante a presidente de colonia hubiera sido vergonzoso un acto como el de ayer.
La pipitilla abundó y el pretexto de la alfabetización fue lo que menos le importó a la concurrencia.
Ahora entiendo el retraso de este arranque de campaña.
Cada día son más los que se bajan del barco dogerista.
Y la razón es obvia:
¡A nadie le gusta perder!
Foto Rodolfo Pérez
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