martes, 25 de marzo de 2008

Plan Doger

El plan dogerista

 Enrique Nuñez / intolerancia

  

 

A partir de hoy Enrique Doger arranca una guerra en la que el final está muy lejos de ser lo él busca.

La instalación de su casa de campaña se convertirá en la base de su próxima negociación.

El expresidente sabe —en su intima intimidad— que no tiene ni la más remota posibilidad de convertirse en el próximo gobernador.

Sin embargo, Doger Guerrero es un político hábil que espera sigiloso los momentos para echar andar su propia maquinaria.

Sobra decir que el “ejercito dogerista” está muy lejos de poner llevarlo a consumar su objetivo.

 

Los tontos útiles

Aunque se había dicho que Enrique Doger inauguraría su casa de campaña desde hace un par de semanas, un par de inquietos aspirantes le ahorraron catorce días de esfuerzos innecesarios.

Tanto Jesús Morales Flores como Víctor Hugo Islas se encargaron de dar los primeros pasos rumbo al 2010.

Me queda claro que Chucho y Víctor Hugo fueron los tontos útiles de esta historia.

A partir de hoy, Enrique Doger podrá decir que no fue el primero en “destaparse”.

Nuestro maquiavélico expresidente dirá que sus aspiraciones se vieron después de los embates de los otros aspirantes.

Sin embargo, es evidente que Doger está dispuesto a desafiar el poder del marinismo, con tal de alcanzar la gubernatura poblana.

El tiempo nos dirá quién tenía la razón.

 

Americanista por un día

Aunque me duela, el próximo fin de semana seré americanista por un día.

Los millonarios chichicuilotes harán el viaje al puerto jarocho para enfrentarse al Veracruz.

Por esta única ocasión le voy al América.

Si estos desgraciados me fallan, no tendré más remedio que mentarles la madre.

No acepto madres postizas.

 

Discriminación testicular

Un curioso lector de este espacio tuvo a bien enviar un chiste sobre la burocracia reinante en nuestro país.

Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.

Aquí el chiste.

Llega un tipo a una oficina de gobierno pidiendo trabajo.

Se entrevista con el jefe de Recursos Humanos y durante la entrevista se le escapa decir que perdió ambos testículos en un accidente.

“No importa”, responde el entrevistador.

El tipo piensa que no ha debido decirlo y dice apresuradamente: “pero soy una persona muy capaz”.

El entrevistador responde: “mire, amigo, el no tener testículos no es impedimento para trabajar, es más, está usted contratado”.

“Excelente. ¿Cuál es el horario de trabajo?”

“El horario es de ocho a cinco, pero usted puede llegar a las nueve de la mañana.”

El tipo piensa que por no tener testículos lo están considerando un minusválido, se molesta y dice: “yo ya le dije que no tengo testículos pero capacidad sí la tengo.”

“Si ya sé amigo, pero como en esta oficina se rascan los huevos de ocho a nueve, no tiene caso que llegue usted tan temprano.”

 

 

 

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