miércoles, 20 de agosto de 2008

Las compras de pánico del Varguitas

Enrique Núñez - Contracara

 

Con todo lo que hemos venido a descubrir del muladar heredado por Enrique Doger a todos los poblanos, francamente ya no sé si reír o endiablarme más.

Entre más rascamos, más porquerías salen a flote.

Y eso que Doger juraba que habían dejado la casa rechinando de limpia.

Quizá a eso obedezcan las compras de “pánico” descubiertas el día de ayer por Intolerancia.

Con todos los productos de limpieza comprados por el tal “Kío”, da la impresión de que intentaban dejar el palacio reluciente.

Seguramente Doger llamó a toda la pandilla y les ordenó: “Hay que dejar todo limpio”.

Y ni tardo ni perezoso Enrique Chávez Estudillo se encargó de comprar todos los artículos de limpieza que vinieron a su mente.

Lo que hicieron no tiene nombre.

Lean y juzguen.

70 amigos destapacaños para WC grande.

¿Pues qué se comieron?

516 botes de Raid Mata Bichos Casa y Jardín.

¿Se querían suicidar?

Mil 400 desodorantes en aerosol Wizard.

¿Estaban apestados?

Mil 50 botes de limpiador de muebles Glem.

¿Limpiaron el Palacio de Buckingham?

Total, que así como éstos, existen otros 85 productos comprados, los cuales en su totalidad hacen 55 mil 626 artículos con un monto total de un millón 303 mil pesos.

Sin duda, Doger encontró una forma de acabarse el presupuesto: a través de productos de limpieza.

No sería extraño que la administración de Blanca Alcalá no haya encontrado rastro alguno de esos productos.

Ahora la pregunta es: ¿“Kío” y su empresa “fantasma” entregaron los productos?

 

 

El Palacio de Cristal

Con todo lo que compraron era para dejar el Palacio Municipal rechinando de limpio.

Y es que los angelitos —además de los productos ya descritos— adquirieron casi tres toneladas de detergente Roma, 2 mil 500 litros de Pinol, mil litros de sarricida, mil litros de shampoo para manos entre otros tantos objetos limpiadores.

Y para rematar, compraron 50 kilos de piedra pómex.

¿Sabe usted lo que ocupan 50 kilos de piedra pómex?

¡Un camión!

Sin duda, deben haber dejado el Palacio Municipal como auténtica “nalga de princesa”.

 

 

Compras kilométricas

Mención especial merece la adquisición de 57 mil 750 metros de franela, con la cual podrían unir al zócalo de Puebla con el de Tlaxcala y les sobrarían más de 10 kilómetros.

Con esos casi 58 kilómetros le podrían dar 18 vueltas al parque ecológico y al parque del Arte le podrían dar 35.

¿Acaso Doger y su pandilla se prepararon —en su ocaso político— para hacerla de franeleros?

 

 

Las culpas del Kío

En resumen, podemos asegurar que en esta operación existen cuando menos tres irregularidades jurídicas y muchas sospechas.

Que la compra se haya hecho a la cuñada de Enrique Chávez Estudillo.

Que la empresa físicamente no existe.

Que la dirección fiscal coincide con la dirección particular de Chávez Estudillo.

Y en el terreno de las sospechas, quedan en el aire algunas interrogantes.

¿Por qué comprar un millón 300 mil pesos en artículos de limpieza a tres meses de concluir la administración? ¿En dónde quedaron los 55 mil artículos? ¿Aparecen en el acta de entrega-recepción? ¿Se los acabaron?

Yo, francamente, creo que nunca los entregaron.

¿Y usted?

 

 

Foto Archivo Intolerancia

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