Tuti-fruti político
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Una mala broma. Sí. Eso debe ser la anunciada intención de Jesús Morales Flores de ser gobernador de Puebla. Seguramente Chucho, que ya anda en campaña, promoviéndose en medios y marcándole los tiempos a quien busca suceder, cree que la sociedad poblana no tiene memoria y que es tan estúpida como para pagar para volver a ver la misma película de terror chafa. ¿O acaso pensará que el poder es dinástico y que él tiene alguna posibilidad por el simple hecho de que su hermano Melquiades ya ocupó Casa Puebla? Si es broma, es una pésima broma. Ojalá que el caciquil Chucho deje de lado sus aires de grandeza, analice con seriedad su “proyecto” y se vea en, por ejemplo, el espejo de Hillary Clinton, a quien le está costando el triple de trabajo ganar la candidatura demócrata, porque los norteamericanos ya probaron la medicina amarga de su esposo Bill Clinton en la Casa Blanca y nadie quiere tomarla de nuevo. ¿O qué ofrecería de diferente Chucho de Melquiades? De no ser pan con lo mismo, nada. La gente quiere cambios, no segundas (malas) partes. Al rato, hasta Fernando Morales va a querer ser gobernador argumentando derechos de sangre.
* ¿Caballo negro? ¿Tendrán razón quienes insisten en ver al poblano Javier Lozano Alarcón como un posible aspirante serio a Casa Puebla? ¿Qué saben que uno no sepa del polémico secretario del Trabajo del gobierno de Calderón? ¿Por qué ven una “señal” en el hecho de que fue enviado como representante presidencial, por segunda ocasión, a un informe de Mario Marín? ¿Por qué alegan que a Javier se le quiere en Casa Puebla más de lo que muchos imaginamos? ¿De dónde sacan que Lozano fue el factor clave para la resolución final de la investigación del caso Marín-Cacho en la SCJN, pues fue el puente que cruzó el marinismo para llegar hasta Juan Camilo Mouriño, el todopoderoso exjefe de asesores de Calderón y actual secretario de Gobernación, mismo que, en su momento, habría operado a favor del gobernador ante los ministros de la Corte? ¿Es cierto que a Lozano se le tiene, por eso, un agradecimiento infinito allá por el rumbo de Los Fuertes? ¿Qué, qué saben? ¿Por qué la terquedad en que podría ser el caballo negro del PAN? ¿Y si tienen razón y Javier acaba convertido en candidato por partida doble, es decir, de Los Pinos y de Casa Puebla? ¡Ay nanita!
* Destape. El tercero y último informe de gobierno de Enrique Doger no será informe, sino más bien destape. Tómelo en cuenta y no se llame a sorpresa. Se alista el escenario para que el alcalde arranque su precampaña a la gubernatura, con todo en contra pero con muchas ganas y mucho, mucho dinero. Lo que se verá en el Centro de Convenciones no será sino el destape oficial de un aspirante formal a Casa Puebla. Con luces, música, confeti y porristas incluidos. Dicen que Doger aprovechará el escenario, el timing y la atención mediática para dejar claro que va con todo, va derecho y no se quita –a menos que lo quiten a la mala–. El propio Doger comenta a sus cercanos que sólo seguirá el ejemplo de Marín, quien hizo lo mismo en su último informe como edil de Puebla y ante un serio –que no molesto– Melquiades Morales. Por cierto: ¿ahora sí irá el gobernador al informe de Doger, luego que al segundo se ausentó por estar de viaje en Alemania y ni siquiera envió como representante a López Zavala, su secretario de Gobernación por aquel entonces? ¿Esta vez le van a volver a mandar a un segundón, como Alejandro Armenta?
* Adiós, maestro. Fuentes bien ubicadas en el Tribunal Superior de Justicia juran y perjuran que don Guillermo Pacheco Pulido finalmente no se reelegirá por un año más como presidente-magistrado del Poder Judicial. Que volverá al despacho, pues siempre sí lo van a jubilar. De confirmarse la especie, León Dumit Espinal aparece formado hasta el frente de la línea de sucesión. Faltando, obvio, que así lo decida quien decide. O sea, Marín.
* Cambios. ¿Zavala a la Secretaría de Desarrollo Social? La primera señal: el “apoyo” expresado en público por Doger para que López Zavala ocupe la dirigencia estatal del PRI. El alcalde –que no da paso sin huarache, y que si algo tiene es que casi siempre está muy bien informado– sabe que pierde menos si su odiado rival va al PRI en lugar de a Desarrollo Social, donde el operador marinista la tendría más que cómoda, pues la hará de Santa Claus todos los días del año y de aquí a la sucesión, a diferencia de lo que pasaría si se queda al frente del intrascendente y, por eso, fútil Comité Directivo Estatal del PRI. Doger lo prefiere en el partido antes que en la Sedeso, por eso el “respaldo”.
* Líder de papel. Y no sólo de papel, sino a control remoto. Eso es, en realidad, José Othón Bailleres, cuya posición como presidente de la Gran Comisión del Congreso quedaría más débil de lo que ya de por sí es si los diputados del PAN pudieran ver la sábana (o registro) de sus teléfonos, donde aparecen las docenas de veces que la pasada semana recibió llamadas (¿regaños?) de sus verdaderos jefes, especialmente de Zavala, para decirle cómo moverse, qué decir y hasta qué cara poner en las negociaciones para la repartición de las presidencias de comisiones legislativas. ¿También pedirá permiso para ir al baño? Y es que ser un “líder” así o tener un “líder” así, no tiene precio. O sí: el de la pena ajena.
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