La Quintacolumna de Mario Alberto Mejía |
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Las Dudas del 2008. Decíamos ayer que este año está más cargado de dudas que de certezas. La gente no sabe, por ejemplo, si el gobernador Marín enfrentará a Enrique Doger Guerrero una vez que éste deje el Palacio de Charlie Hall. Y es que el año pasado trascendió la versión de que el gobernador le había dicho a un funcionario de su confianza que dejara de criticar al presidente municipal, pues a partir del 12 de noviembre, un día después de la elección que borró del mapa al PAN, él mismo se encargaría de acabar con Doger. El día 12 llegó, pero no así la embestida. Cuentan las fuentes que la batalla se pospuso y que ya hay una nueva fecha: el día siguiente de la salida de Doger. De concretarse esa versión, nuevas dudas saltan. ¿A través de qué medios se desatará la guerra? ¿Del Orfis? ¿De la prensa? ¿De la PGJ? ¿O del Orfis, de la prensa y de la PGJ? Algo ha aprendido el gobernador de las crisis: que su mano no debe dejar huella alguna en caso de que se requiera una ejecución. Así, pues, no es improbable que de requerirse un trato fuerte en contra de Doger el trabajo sucio tengan que hacerlo Blanca Alcalá, ya ubicada en la silla del Charlie Hall, o la nueva legislatura del Congreso local. O las dos instituciones. El problema es uno: si Doger sobrevive a la embestida terminará fortalecido y convertido en la nueva víctima del marinismo. Y es que si Luis Paredes, con todas las irregularidades en las que incurrió, no está en la cárcel, se prevé un mejor escenario para Doger. Quienes aconsejan a Marín ven una alternativa: integrarlo al gabinete en una posición en la que no se mueva y desactivar así sus afanes futuristas que tienen que ver con Casa Puebla. Melquíades Morales optó por la línea de dejar suelto a Marín y terminó siendo rehén de sus decisiones. Hay más dudas que matan, pero las dejamos para el lunes. | |
viernes, 4 de enero de 2008
La guerra que viene
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