Aristeo Reyes, presidente de la Asociación de Empresas de la Construcción, figura en una relación de la Procuraduría General de la República, Comisión Nacional Bancaria y de Valores y la Agencia Federal de Investigaciones.
El motivo: Su nombre aparece en una indagatoria sobre presuntos prácticas de lavado de dinero que involucra a influyentes funcionarios de la administración municipal de Enrique Doger Guerrero. Y es que precisamente el nombre del Aristeo Reyes aparece en uno de los cheques aportados a la cuenta bancaria del ciudadano Omar Vázquez Flores, cuyo nombre habría sido utilizado para ingresar recursos de dudosa procedencia.
El monto del cheque habría sido un adelanto para la compra de un terreno, donde aparece un vínculo entre Aristeo Reyes y el coordinador de asesores del Ayuntamiento. "Entre los documentos hay una denuncia de hechos que interpuso el ciudadano Omar Vázquez Flores, a quien, sin su consentimiento y por medio de la falsificación de documentos oficiales, como licencias de conducir y credenciales de elector, se le abrió una cuenta a su nombre que fue engrosada con "cantidades millonarias". En la denuncia, Vázquez Flores detalla dos cheques que sirvieron para depositar, en uno, la cantidad de 850 mil pesos; y en el segundo, 20 mil pesos, ambos en el banco Santander.
Figuran además depósitos en efectivo. La información se enmarca hoy en la inexplicable transformación de marinista a dogerista de Aristeo Reyes, quien respaldo por el secretario de Obras, Javier García Ramírez, operó buena parte de los proyectos de inversión en infraestructura del gobierno local.
ARRASTREO REYES Este empresario irrumpió en la escena local en el año del 2004, fecha en la que fue utilizado por el poder saliente y entrante para dividir a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, gracias a los yerros y gazapos cometidos por el entonces presidente José Antonio Escalera. Aristeo recibió apoyo para la "democratización" de la CMIC y fundó la mentada AECO.
El problema es que este constructor, al amparo del poder, se convirtió en lo que tanto odia: En un cacique.
Es el Fidel Velázquez de los constructores oficiales de Puebla.
Desde la AECO ha pretendido tender una red de protección, plenamente identificada, donde lo mismo opera comisiones a funcionarios como a periodistas. Reparte donativos y de vez en cuando los apoya con las "chelas".
De cómo pretendió hacer negocio a costa del deporte será otra historia ya documentada.
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