Doger: ¿lo hizo mejor? (II)
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Ahora veamos la interesante –aunque un tanto radical– opinión que sobre la agonizante administración dogerista tiene otro amable lector: Miguel Salas M. (sithamp@hotmail.com); éste, por cierto, un extrabajador del ayuntamiento capitalino, al que sirvió durante tres trienios:
Las características de los actuales políticos poblanos son la soberbia y la arrogancia, y Enrique Doger no fue la excepción. Yo trabajé en tres administraciones, las de Hinojosa, Marín y Paredes; en las dos primeras fui personal de confianza, en la de Paredes de base, y en ninguna recibí bono de fin de trienio o su equivalente: tengo los tickets de pago que lo demuestran.
En mi opinión, Doger, al otorgar el bono de fin de trienio, sólo intenta cubrir con una aureola de nobleza el saqueo de las arcas municipales de él y sus principales colaboradores. Cree que “salpicando” a los amolados se taparán sus abusos. Sin embargo, todos los que conocemos el ayuntamiento sabemos bien de sus omisiones perversas que sólo beneficiaron a algunos. ¿Cómo es posible, por ejemplo, que nadie en el Cabildo, incluyendo a los regidores de “oposición”, digan nada de la abultada deuda que heredará a Blanca Alcalá y del déficit real-absoluto en las cuentas municipales? No cabe duda que el bono obra milagros, ¿verdad Jesús Encinas, Ana María Jiménez y Manuel Janeiro?
Doger presumió, como usted dice en su columna, un perfil "académico" y se vomitó encima de los políticos, sobre todo los de su mismo partido, empezando por el gobernador, de quien siempre habló pestes e insultos, pero (Doger) terminó haciéndolo igualito –y hasta peor– que esos mismos políticos a los cuales tanto repudia y abomina: fue la misma gata, nada más que revolcada.
Un ejemplo: Ángeles T. Altamirano y Miguel Ángel Moreno pertenecían al comité del sindicato independiente y por decisión del Cabildo se les otorgó una pensión equivalente al 100%, a pesar de no tener la antigüedad necesaria para ameritarla. Pero sólo así frenaron la huelga de hambre que habían iniciado: con una pensión mensual de por vida de $18 mil mensuales, más aguinaldos. Y no son los únicos casos que, obviamente, erosionan y dejan atados de manos a los gobiernos que seguirán al de Doger, empezando por la ingenua de Blanca Alcalá, que en su mundo feliz ve todo perfecto y blanco.
Chéquelo si quiere, pero hasta diciembre de 2007 se contabilizaban 200 jubilaciones anticipadas de protegidos del comité del sindicato de Israel Pacheco, de ahijados de regidores, de altos funcionarios municipales (jefes de departamento y directores) y de miembros del círculo íntimo de Doger, como Javier Casique, secretario de Gobernación.
Lo mismo pasó con Marín y con Paredes, que se despacharon con la cuchara grande; así que en unos pocos años la recaudación de impuestos municipales sólo servirá para cubrir las jugosas pensiones de cientos de privilegiados y el financiamiento de las obras públicas que tanto le urgen a la ciudad sólo dependerá del Ramo 33.
Existe una frase que reza: “Quien controla a la burocracia es quien verdaderamente ostenta el poder”. Y esto se aplica con el líder vitalicio Israel Pacheco, quien gracias a Doger y a sus antecesores, incluyendo al “góber” Marín, no sólo maneja a todo el personal sindicalizado, sino que promueve el otorgamiento de permisos y licencias municipales de todo tipo, con la finalidad de que unos cuantos se beneficien de ella.
Por Israel Pacheco y sus allegados sólo se puede ser trabajador del ayuntamiento por medio de una recomendación suya. Es decir, no entra el más calificado para un puesto, sino el que tenga el mejor padrino. Todos los esbirros de Pacheco tienen sustanciosas compensaciones, mismas que en ocasiones llegan a duplicar sus salarios base; eso por no mencionar a toda la parentela que está siendo colocada en estos últimos días del gobierno como trabajadores de base para en determinado momento, si Blanca Alcalá se pone brava, paralizar a todo el ayuntamiento.
Ejemplo: el personal de sistemas computacionales, que es de base a pesar de que lo prohíbe la Ley Orgánica. Ellos llevan a cabo todo el proceso de cobro de predial, de licencias, de permisos y de nómina. Pero si así lo quisiera Pacheco, con un simple movimiento de dedos pueden condonar pagos y adeudos o borrar información de contribuyentes, sembrando el caos y paralizando al gobierno. Pero el valiente “ciudadano” Doger no fue capaz siquiera de terminar con esta cloaca; al contrario, la protegió como ninguno con tal de esconder su cochinero. Nada más le faltó autorizar que varios de los cargos que ostentan los familiares, compadres, amigos y consentidos de Israel Pacheco sean hereditarios. Qué no venga ahora Doger a darnos "atole con el dedo" y a decirnos que lo hizo mejor que Hinojosa, que Marín o que Paredes. El dogerismo fue exactamente lo mismo, y en muchos casos, hasta peor. Como diría la canción: se parece tanto a Marín y a Paredes… que no puede engañarnos.
¿Dónde quedó el “académico”?
¿A dónde se fue el impoluto exrector de la UAP?
La política, pero sobre todo la ambición de dinero y de poder, se lo comieron de un bocado. Y ahora anuncia como si fuera un chiste o nos hiciera un favor, que va por la gubernatura.
¡Que Dios nos agarre confesados! Sr. Luna: como siempre, saludos y a sus órdenes (sic).
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