Doger y el III informe

Doger: ¿lo hizo mejor? (I)

    

gar_pro@hotmail.com

 

      Fueron enormes las expectativas que generó Enrique Doger tras ser electo como alcalde de Puebla. Tanto por su perfil “ciudadano” y su origen académico como por la legitimidad y legalidad con que logró, contra todo pronóstico, encumbrarse en el ayuntamiento más importante del estado.

 

No obstante, parece que su gobierno, que concluye en unos días más, será recordado por algunos ciudadanos –no todos– más por sus desaciertos y pendientes, así como por los agravios sembrados y los pleitos callejeros en que se involucró y que le ocuparon más tiempo del necesario, que por su obra o legado.

 

¿Se hablará de un "punto de quiebre", de un antes y un después, a partir de la era Doger? ¿Resistiría un análisis detallado de metas y resultados? ¿Su herencia, si hay alguna, marcará época o pasará sin pena ni gloria? ¿Los puentes vehiculares y el combate al analfabetismo representan acaso todo el aporte fundamental del dogerismo a una metrópoli disfuncional, y por eso mismo cargada de problemas y rezagos sociales, que cada día la hacen más difícil de vivir?

 

¿Fue atrevido y sentó, por lo menos, las bases para construir la Puebla del futuro? ¿Fue mejor, o peor, que Hinojosa, Marín y Paredes? ¿Qué tan alto, o qué tan bajo, deja la vara a Blanca Alcalá? Y, sobre todo, lo que se hizo bien, lo que se hizo mal, lo que se hizo a medias o lo que se dejó de hacer por negligencia, ¿le alcanza para lograr su sueño de convertirse en gobernador?

 

¿Fueron éstos acaso sólo tres años de experimento y aprendizaje fallido, como cuando Hinojosa? ¿Tres años de retórica, yerros continuados y buena propaganda, como cuando Marín? ¿O tres años de engaño, abuso y depredación, como cuando Paredes?

 

Lea lo que al respecto me dicen, por ejemplo, algunos lectores insatisfechos como don José Luis Sosa Barquet (sosa_barquet@yahoo.com.mx), ciudadano poblano que tiene voz, opinión, y que quiere expresarla porque, seguramente, muchos otros piensan igual que él:

 

Sr. Luna:

 

Ahora que Puebla ciudad tendrá un nuevo presidente municipal, sería conveniente recordar que esta ciudad es una de las cinco más importantes en este México nuestro y que por lo tanto tiene que estar a la altura de esa relevancia, empezando por embellecer los jardines, camellones, fuentes y sobre todo las entradas a la ciudad; no son obras costosas, pero sí de gran belleza para agrado de quienes nos visitan o vivimos en ella.

 

Como ejemplo, tenemos el descuidado Paseo Bravo, que por poco el Sr. Doger lo parte en dos con el pretexto de dar más fluidez al tráfico vehicular; por otra parte, los camellones de las pocas avenidas que cuentan con ellos están llenos de basura, de anuncios y de vendedores y prestadores de servicios de toda clase, los pocos jardines que tienen las colonias de la ciudad, como la América, están en el total abandono. Da pena ver cómo se puede echar a perder un esfuerzo de los vecinos que por muchos años cuidaron sus áreas verdes, para que en poco tiempo y con mala administración y nula vigilancia se deterioren esos espacios.

 

Y ni qué decir del abuso de anuncios espectaculares que nacen todos los días y que contaminan la vista hacia los volcanes o la Malinche, o cualquier cosa que no sea un político o una botella de alcohol en unas dimensiones que son una molestia y un gran desorden municipal, con pingües ganancias para unos abusados comerciantes de lo que nos pertenece a todos.

 

Cuando asumió la presidencia, Doger canceló un contrato con una compañía privada (MMA) que daría mantenimiento al alumbrado publico, y se comprometió a que él lo mejoraría; los resultados están a la vista: avenidas en la más completa oscuridad como la 15 de Mayo, la Esteban de Antuñano y un sinnúmero de colonias que no cuentan con tan elemental servicio, y el hombre, pues no cumplió, a ver si ahora una dama (Blanca Alcalá) lo hace mejor.

 

El servicio de transporte público urbano, aun cuando es responsabilidad del gobierno del estado, debe de regularse con la intervención del ayuntamiento y ofrecerse un servicio que los poblanos nos merecemos; de ahí que esta nueva presidencia debe de convenir con las autoridades estatales el cómo van a mejorar el deficiente servicio que sufrimos los habitantes de la Angelópolis. Reciba un afectuoso saludo (sic).