Ricardo Morales Sánchez - Serpientes y Escaleras
La administración municipal enfrenta hoy un sin fin de problemas de índole jurídico heredados por su antecesor Enrique Doger, quien se despachó con la cuchara grande en materia de concesiones.
No sólo se trató del tema de los parquímetros en donde mañosamente la anterior administración prácticamente maniató a la nueva alcaldesa, sino también del Rastro Municipal, pero principalmente en lo que se refiere al destino final de los desechos sólidos en Puebla.
La empresa Resa, propiedad de José Abed, se hizo de la concesión del relleno sanitario desde la época del ya fallecido Rafael Cañedo Benítez. El contrato firmado con la autoridad municipal estableció que la entonces compañía Apycsa se haría cargo del manejo y confinamiento final de los desechos sólidos de la ciudad, mismos que serían trasladados por SUP y PASA.
Un mes antes de que concluyera su administración, Enrique Doger prorrogó el contrato del manejo del relleno sanitario a la empresa Resa (se dice que tras recibir una muy jugosa suma de dinero), por otros 15 años, sin importarle la opinión que pudiera tener la nueva administración, la cual se alistaba a entrar en funciones.
Hoy esta concesión otorgada de última hora por la administración dogerista se convirtió en otro de los dolores de cabeza que tiene que enfrentar Blanca Alcalá, ya que la compañía no ha cumplido cabalmente con lo establecido en el contrato.
De entrada se pensó en retirarle la concesión a Resa e incluso se inició el trámite, pero la empresa se amparó para impedir la revocación del contrato, más tarde retiró el amparo, y hoy se encuentra en pláticas con la comuna, la cual se muestra impotente y prefiere negociar con el concesionario, sabedor de que un pleito legal podría ser largo y costoso para ambas partes, pero quien más perdería sería incluso la propia ciudad, la cual podría verse afectada en caso del cierre del relleno sanitario. ¿Imagínese en dónde se depositarían las miles de toneladas de basura que se producen día con día en Puebla?
Las jugosas concesiones otorgadas por la anterior administración en los últimos días de su mandato se han convertido en una verdadera camisa de fuerza para Blanca Alcalá.
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