Intolerancia / Enrique Nuñez
Aunque me resistía a creerlo, las fechorías cometidas por la administración dogerista se han puesto a competir con las de Luis Paredes Moctezuma.
Debo confesar que cuando Intolerancia le dio puntual seguimiento a las anomalías de la administración paredista jamás pensé que en sólo tres años pudiéramos estar hablando de que esos récords de corrupción estarían a punto de romperse.
Recuerdo muchas de las tropelías que me llevaron a calificar al expresidente panista como “el loquito” Paredes, y créanme que no encontré un mote que lo pudiera calificar mejor.
Esto escribí en febrero de 2005, cuando Paredes estaba a punto de abandonar el Palacio Municipal:
Contracara 8 de febrero de 2005
“La marca paredista
Siempre que se implanta una nueva marca, la pregunta que surge es: ¿cuánto tiempo pasará para que alguien la rompa? Y eso precisamente sucedió en 1983, cuando el presidente municipal de Puebla, Victoriano Álvarez, concluyó su trienio. Y es que lo hecho por Victoriano rebasó los límites de lo creíble. La ciudad entera era un muladar, los ambulantes pululaban por doquier, la inseguridad había crecido, y los hoyos de las calles habían convertido a Puebla en un peligroso campo minado.
La realidad es que en ese entonces los poblanos creían haberlo visto todo.
Si en esos tiempos alguien les hubiera dicho que con la llegada del nuevo milenio un alcalde superaría las tropelías de Victoriano Álvarez, seguramente no lo hubieran creído.
Pero, ¡oh! sorpresa… faltaba conocer a Luis Paredes Moctezuma.
De verdad que con Paredes perdí la capacidad de asombro.
Fueron tres años de barbaridades y barbarismos.
Durante este periodo los hechos fueron aderezados con sus dichos y lograron un trienio estúpidamente divertido.
Y es que desde el primer día Paredes demostró que venía dispuesto a todo.
Su programa Multa Cero marcó la línea de su gobierno, y hay que decir que jamás la traicionó: transas, amoríos, francachelas, dispendios, improvisaciones, mentiras y sobre todo locuras fueron el sello de la casa. Sin duda Paredes con méritos propios será recordado por Puebla, como el más cínico de los defraudadores que han pasado por estos lares”.
Esa es la cita.
A cuarenta meses de esa columna, debo reconocer que me quedé corto.
El Varguitas poblano está muy cerca de romper todas y cada una de las marcas paredistas.
Y créanme, todavía viene lo mejor.
Si usted cree que ya apareció toda la porquería, lamento decirle que está muy equivocado.
Aunque parezca exagerado, la realidad es que apenas hemos visto la punta del iceberg.
Habrá que estar pendientes.
Foto Karina Juárez
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